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No estoy triste
Me probé una falda
¡Hola! Hace tiempo que no hago ninguna entrada, la verdad, ya extrañaba hablar de mi vida. Quise publicar una entrada sobre mi vida hace tiempo, pero terminé por eliminar el borrador. Últimamente, he estado sintiéndome fatal con mi cuerpo, en especial mis piernas, y si especificamos un poco más, mis muslos.
Para resumir, lo típico, una chica que se siente gorda, mirándose al espejo cada vez que puede y llorando cuando se termina de bañar. La primera vez que lloré por lo gorda que estaba fue en el baño, estaba frustrada por no poder bajar de peso, había estado aguantando eso por años y en ese momento lloré.
Después de eso no pare, lloraba de vez en cuando por las noches y cada vez con más frecuencia, como sea, empezó a hacer ayunos intermitentes. Recuerdo que el más largo fue de 30 horas y me sentí realmente orgullosa, pero no cambié nada.
Ahora he optado por contar calorías y hacer ejercicio, no es como si realmente tuviera un gran problema alimenticio y no pudiera dejar de ayunar o algo así... Suelo hacer bicicleta estática, una que mi padre dejó en casa, ya que él también se puso a hacer ejercicio.
Estoy omitiendo a mi novia, pero gracias a ella estoy bien ahora mismo.
De todas formas, la historia que realmente quería contar no es esa. El caso es que el otro día estaba paseando con mi novia y entramos a una tienda de ropa. Yo me fijé inmediatamente en una falda y le dije que me la quería probar, pero que me daba miedo que me quedase mal.
Muchas girls entenderéis lo que es entrar a una tienda de ropa y tener las dos opciones claras: o acabar llorando y sintiéndome realmente patética y gorda, o que genuinamente me guste lo que veo.
Pero me probé la falda y, me quedaba bien. Ella me dijo que me quedaba muy bonita, que me quedaba bien y le respondí que también me gustaba.
Lo más importante fue que mis cicatrices no se notaban tanto y que la falda era linda. Pero me quedaron dos pensamientos que ignoré a propósito.
- Ella realmente no pensaba que me quedaba bien. Quiero justificarme, nunca demostró que no pensaba lo que decía, pero ella es delgada, tiene un cuerpo precioso y bonitas curvas pese a ser menuda. Cualquier cosa que se ponga le va a quedar bien, ella es muy bonita. Yo, en cambio, bueno, soy una patata. Es por eso que no me suelo tomar en serio los halagos que ella dirige a mí, porque se ve cada día al espejo. Debe tener estándares altos, porque es preciosa, además es alta. Podéis imaginaros la combinación.
- La falda me quedaba bien, de hecho, la última falda que me probé con ella me bajó los ánimos tanto que casi lloro en la tienda, pero esa no, me gustó. Lo que aún resonó en mi mente es que mis piernas eran gordas, aunque me tapara la parte de mis muslos que no me gustaba. Mis piernas eran feas iguales. Supongo que una mente rota no se arregla solo poniéndote una falda.